Régimen de Cuba exige a los propietarios de automóviles estatales que ayuden a los viajeros.
Régimen de Cuba ha instado a los conductores de vehículos estatales a que recojan a los pasajeros en las paradas de autobús o se arriesguen a ser procesados, ya que La Habana sufre una grave escasez de gasóleo, según anunciaron las autoridades esta semana.
Desde que se transfirió en marzo para alimentar las centrales eléctricas de petróleo, el suministro de gasóleo ha sido limitado.
Mientras la isla sufre su peor crisis económica en tres décadas, el transporte público se ha convertido en una pesadilla; más de la mitad de los autobuses están fuera de servicio «debido a la falta de neumáticos y baterías», dijo un portavoz del ministerio el año pasado.
Como consecuencia, el único gobierno comunista unipartidista de América declaró que ha empezado a aplicar la antigua pero hasta ahora no aplicada restricción de recoger pasajeros.

Los habitantes de La Habana esperan a menudo durante horas un autobús que les lleve a la escuela o al trabajo.
A diferencia de la mayoría de los coches pequeños, la mayoría de los vehículos de transporte público en Cuba funcionan con gasóleo.
«En medio de la difícil situación de nuestro país, el uso del transporte público para ayudar a los viajeros es fundamental», tuiteó el jueves el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
Pidió que el Ministerio de Transporte garantice un cumplimiento riguroso.
Si los vehículos estatales no se detienen como se les indica, «la infracción se considerará falta grave», advirtió.
Marcela Martínez, una trabajadora turística de 40 años, dice que esta medida «debería haberse implementado hace mucho tiempo».
«Para que esto funcione tiene que haber un inspector» que vigile la ley, comento en una parada de ómnibus del centro de La Habana, porque si no el personal estatal no para.
«El transporte público es bastante deficiente, horrible, no malo», remarcó.
Según datos oficiales, en la isla de 11,2 millones de habitantes hay 600.000 automóviles, muchos de ellos estatales.